19 de julio de 2017

¿Cómo llevar la Bici en el coche?

Tarde o temprano te encontrarás con esta situación, necesitarás llevar la bici en tu coche hasta el punto de partida de la próxima ruta o a cualquier otra parte, aunque sea al taller. Si tu coche es amplio, la podrás meter en el maletero, previo desmontaje de una o las dos ruedas. Es la mejor solución de cara a la aerodinámica del coche y a la seguridad ante los "cacos" (aunque también se les da bien romper cristales) y siempre que la lleves bien sujeta y no sea un elemento peligroso en caso de accidente (hay que eliminar la posibilidad de que entre en el habitáculo) pero la mayoría de nosotros tenemos un modesto turismo, en el que encajar la bici es lo más parecido a jugar al Tetris. 

Si andas mucho para arriba y para abajo con la bici te recomendamos que instales un portabicicletas, que es lo más cómodo. Apenas tendrás que desmontar nada y la cargarás en segundos, pero eso sí, ten en cuenta los pros y los contras de cada sistema. Y como norma para todos, si aparcas el coche o paras a repostar nunca le quites un ojo de encima a las bicis, que el "maligno" anda siempre al acecho... 

Mou!

Ya que estamos con las presentaciones... vamos uno por uno, y aquí vemos a David Morillas, compañero que se le calienta el pico rápido, proponle un objetivo que se apuntara, y como vea una subida dura la hará...Le gusta el monte y la carretera y no se para de sumar kilómetros!!

Iván

Ahora os presentamos a Ivan Rodriguez, le gusta superarse siempre, su punto fuerte la bajadas técnicas y senderos, si hay algo que se pueda bajar lo intentara, también le gusta las distancias largas y hacer las rutas siempre con risas, porque en MTB Móstoles las rutas y salidas nunca son aburridas!!

Jaime "ElBrujillO"

Jaime Donate Garfia Cuidado lo que le gusta bajar por carretera a este chico... 
Me gusta perseguir motos, bicis y demás vehículos a motor que se atrevan a adelantarme… Hay veces que sale bien y otras que sale mal, pero: ¡Nunca hay que rendirse!

¡¡Ya sea sobre flacas o gordas seguimos sumando kilómetros!!


28 de abril de 2017

Reciclar cámaras de aire

1. Un freno de mano para la bicicleta

Con un simple trozo de cámara de aire desechada podemos disponer de un práctico freno de mano para evitar que nuestra bicicleta se mueva, por ejemplo, sobre un terreno con desnivel. Basta con inmovilizar la maneta del freno trasero o delantero de la bicicleta para obtener un freno de mano sencillo y absurdamente eficaz.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles

2. Un protector para el manillar

Si somos ciclistas de esos que llevan el manillar repleto de dispositivos de todo tipo, las cámaras de aire también pueden ser de gran ayuda. Un trozo de cámara convenientemente recortado al tamaño necesario puede convertirse en un eficaz protector que evita roces y derivados a la hora de instalar cualquier tipo de soporte sobre el manillar o potencia de nuestra bicicleta.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles

3. Una abrazadera de emergencia

En la actualidad, muchas de las luces para bicicletas (y otros dispositivos) hacen uso de unas abrazaderas de goma que nos permiten fijar los mismos al manillar o tija de nuestra bicicleta.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles
Estas gomas tienden a desaparecer misteriosamente cuando más las necesitamos, por lo que nunca está de más disponer de un recambio de emergencia. Nada mejor para ello que un pequeño trozo de cámara de aire.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles

4. Un soporte para la tija

Muchos ciclistas, sobre todo en el ámbito de la competición, optan por 'colgar' de la tija de su bicicleta los más variados accesorios con la intención de liberar así espacio en sus bolsillos. Una bomba de aire, una cámara de repuesto, una bombona de aire comprimido o alguna que otra herramienta son sólo algunos de los accesorios que podemos fijar en la tija con ayuda de un par de trozos de cámara de aire desechada.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles

5. Un protector de vaina casero

Para evitar que los restos proyectados por la cadena de transmisión dañen el cuadro de nuestra bicicleta o, simplemente, para prevenir los estragos de una posible rotura, instalar un protector de vaina es sumamente recomendable. Un trozo de cámara de aire convenientemente recortado y unas cuantas bridas nos pueden ayudar a comprobar las bondades de tan socorrido invento.
Cinco trucos muy útiles para reciclar cámaras de aire inservibles
Nota: Puesto que la finalidad de las cámaras de aire no es otra que la de contener el aire propiamente dicho de una rueda, el material de las mismas suele ser muy flexible y no está diseñado para soportar de forma continua en el tiempo los usos que hemos visto en este artículo. Siempre debemos hacer uso de recambios originales o específicamente diseñados para el uso que necesitemos, recurriendo a estas 'ideas' de emergencia sólo cuando realmente sea necesaria su aplicación.

Biomecanica casera

Biomecánica casera: los primeros ajustes a tu MTB

Quizás te hayas comprado bici nueva o estás empezando con esto del MTB, el caso es que vamos a explicarte de forma sencilla los pasos a seguir para tener una posición correcta encima de tu bici
Existen especialistas que te hacen un estudio biomecánico, donde te analizan y corrigen tanto la posición en la bicicleta como la pedalada. Estos estudios no son baratos, pero siempre te recomendaremos hacerlos, al igual que una prueba de esfuerzo, para saber cuál es nuestro límite antes de que el cuerpo nos dé un susto.
Pero antes de ir a un centro especializado, podemos comenzar haciendo unos ajustes muy básicos en tu bicicleta. Son unas pautas fáciles que puedes intentar hacer en casa sin tener muchos conocimientos de biomecánica.

Como base de partida, podemos indicar que los tres puntos de contacto entre el ciclista y la bici son: el sillín, el manillar y los pedales. A partir de aquí, la colocación de estos tres componentes condicionará nuestra postura encima de la bici.
Si tienes mal ajustado uno de estos tres elementos, tendrás una posición incorrecta, o no recomendada sobre la bici, algo que podría provocar que no disfrutes de la bici e incluso generarte lesiones. Simples variaciones pueden hacer que tengas una pedalada ineficiente o acabar con un dolor de articulaciones o zonas adormecidas.
Haciendo un compendio de varias teorías, vamos a hacer los ajustes caseros básicos, que tomaremos como primera aproximación a un tema que por suerte cada vez está más valorado y más a nuestro alcance: la biomecánica. Es muy importante tener en cuenta que, por supuesto, lo que te contamos no sustituye la opinión de un biomecánico, al que siempre te recomendaremos acudir.
Merece la pena. En un próximo reportaje comprobaremos, ya con un estudio biomecánico y herramientas hasta hace poco solo alcanzables por profesionales, si nuestra postura casera era correcta. Pero eso será en un próximo número, empecemos la casa por el tejado…

Altura del sillín de tu MTB

Es uno de los ajustes determinante a la hora de pedalear correctamente y evitar la aparición de lesiones. Un sillín demasiado alto puede provocar una oscilación de la cadera en cada pedaleada. Como resultado, una pedalada poco eficaz con un alto riesgo de generarnos una lesión grave.
Y al revés, un sillín excesivamente bajo empeora también el rendimiento, la amplitud del movimiento de la rodilla es muy limitada y puede generar una carga de grupos musculares totalmente evitable.
Como premisas para conseguir una altura de sillín correcta sería asegurar una buena estabilidad de la cadera sobre el sillín (sin oscilaciones laterales) y un correcto ángulo de flexión/extensión de rodilla. En esto influye la longitud de las bielas, pero en estas consideraciones básicas, queremos pensar que tenemos las bielas que nos corresponden.
La altura del sillín se mide entre el centro del eje del pedalier y la superficie superior del sillín, tomada en un punto intermedio del mismo. ¿Cómo saber tu medida de forma correcta? Muy sencillo.
1. Descálzate y coloca los talones y espalda contra la pared.
2. Con la ayuda de un amigo, colocad un libro entre las piernas ejerciendo una ligera presión en el perineo y medid la distancia desde la parte superior del libro hasta el suelo.
3. Multiplica esta distancia por 0,85 y ya tienes la altura del sillín teórica desde el eje de pedalier hasta la superficie del mismo.
De todos modos, el resultado de la fórmula es una medida orientativa, esta misma distancia puede estar alterada según la longitud de las bielas, el espesor de la plantilla de las zapatillas, la colocación de las calas y la altura del sillín. Cuando se encuentra la altura ideal conviene apuntarla para recurrir a ella si cambiamos de bici o si se nos mueve el sillín.
Un método aún más sencillo (y quizá con más margen de error) sería colocar el pedal a 180º y tocar con el talón el pedal, pero sin llegar a flexionar la pierna completamente. 

Inclinación del sillín

Lo recomendable es colocar un nivel sobre la superficie del sillín dejándolo lo más plano posible. Y a partir de ahí probar hasta encontrar el punto donde te sientes más cómodo. La inclinación que la punta del sillín presente es cuestión de preferencia personal, pero siempre deberá ir o totalmente plano o algo inclinado hacia abajo, dependiendo de gustos y de disciplina que practiquemos. La solución casera: probar.

Retroceso del sillín

La regulación del retroceso del sillín es otro punto importante que puede condicionar el pedaleo y la salud de las articulaciones. Para llegar a una posición básica de partida debemos conseguir que la proyección vertical de la rótula coincida al máximo con el del eje del pedal. ¿Cómo hacerlo?
1. Colócate encima de la bici con las bielas en posición horizontal y las calas enganchadas a los pedales. Para no perder el equilibrio, te aconsejamos apoyarte en una pared.
2. Con la ayuda de un amigo y una plomada, verás la línea vertical que parte de tu rótula hacia abajo. Luego regula el sillín hacia delante o hacia atrás hasta que esta línea se proyecte verticalmente hasta el eje del pedal

El segundo punto de contacto con tu MTB: los pedales

El punto de apoyo del pie sobre el pedal es algo que tiene importancia a la hora de pedalear de manera eficiente, evitando muchas de las lesiones más comunes. El ajuste que tendremos que realizar es la colocación de la cala por debajo de nuestra zapatilla.  Pero ¿cómo colocar correctamente las calas?
1. Descalzo, colócate con los talones contra la pared y sobre un papel en blanco.
2. Dibuja el contorno de tu pie y localiza el primer y el último metatarsos. Ahora traza una línea entre ellos. El eje de la cala se posicionará en el medio de ese eje transversal.
3. Coloca la zapatilla sobre tu huella y localiza ahora ese eje en la zapatilla. Te puedes servir de una cinta adhesiva.
4. Coloca la cala intentando situar su eje en esa línea imaginaria. Transversalmente, podemos partir de una posición centrada. En principio y como concepto básico, no habría que inclinar o girar la cala dado que los pedales de MTB permiten bastante libertad de giro de nuestro talón.

El manillar de tu MTB también ayuda a conseguir una posición adecuada

Una vez que hemos situado la altura del sillín, nos interesa ajustar la posición del manillar para conseguir una postura cómoda. La posición del manillar sobre la bici se determinará según el tipo de postura buscada y el tipo de mountain bike que hagas. Contrariamente a los pedales y al sillín, el manillar es un punto de apoyo que te permite obtener muchas variantes. Se ajusta de dos maneras: altura y distancia.
Podríamos ir de una llevar una posición totalmente erguida hasta inclinar el tronco en una posición más radical y menos confortable. Algunos factores que afectan a la posición del manillar son: la longitud del cuadro, longitud e inclinación de la potencia, su altura (rise) y su retraso (sweep) y las «anillas» que coloquemos entre la potencia y la dirección.  
Se trata de buscar una posición cómoda en la que el conjunto codos-hombros-cuello estén relajados con una ligera flexión y que las manos lleguen a las manetas fácilmente para frenar y cambiar. Una posición cómoda y relajada nos permitirá también amortiguar el terreno jugando con el cuerpo, habilidad indispensable en una disciplina como el MTB.
Aprovechamos ya para colocar correctamente las manetas de frenos sobre el manillar. Siéntate sobre la bici y estira los brazos y los dedos sobre las manetas de frenos de manera que formen una línea recta. Otro detalle para ayudarte a encontrar una posición en la que encontrarte cómodo.
Fuente: http://www.mtbpro.es/afondo/biomecanica-casera-los-primeros-ajustes-tu-mtb?utm_source=Suscriptores+MTBpro&utm_campaign=cb3ede130e-Lo_mejor_de_la_semana_MTBpro_31032017&utm_medium=email&utm_term=0_3e5ea7747c-cb3ede130e-282357157


Cómo defecar en el monte y por qué

Todo deporte practicado al aire libre requiere de ciertas normas básicas de convivencia y respeto por el Medio Ambiente. En la gran mayoría de rutas de montaña de alto tránsito, así como en zonas de caza y otros espacios naturales frecuentados por buscadores de setas, de espárragos o de cualquier otro elemento comestible, es muy común encontrar los restos abandonados de una considerable cantidad de excrementos que algún apurado usuario de la montaña se ha visto obligado a evacuar en el lugar, con el consiguiente y desagradable efecto visual y aromático para el resto de personas.
El problema es que los excrementos humanos, además de ser visual y aromáticamente desagradables, resultan peligrosos tanto para el Medio Ambiente como para las personas, con consecuencias sanitarias y ambientales especialmente preocupantes. En las mejores condiciones, las heces de una persona tardan más de un año en desaparecer de forma natural, por no mencionar el papel, las toallitas, los tampones, las compresas o los pañales, que pueden estar presentes en la montaña durante milenios debido a su lenta degradación.
Debido a este lento proceso de degradación, los excrementos humanos son causantes de graves problemas, tanto en el ámbito sanitario como en el ambiental. Las heces de una persona pueden ser fuente de parásitos intestinales humanos (véase Giardiasis o Cryptosporidium) que, en caso de no controlarse adecuadamente, terminan contaminando el ecosistema y transmitiendo la enfermedad a otras personas y animales. La lluvia, el viento e incluso la fauna propia del monte son los encargados de transmitir dichos parásitos, llegando a contaminar ríos, embalses y depósitos de agua destinados al consumo humano.
Pero, ¿qué hacer en el monte ante una urgencia intestinal sin solución? Obviamente, no podemos luchar contra un retortijón de esos que te dejan la piel pálida y un sudor frío en la frente. Pero sí podemos actuar con responsabilidad, evacuando nuestras necesidades de forma que causemos el menor daño posible en el entorno. Para ello, lo único que debemos hacer es cavar un pequeño agujero que después nos servirá para enterrar el fruto de nuestra indisposición. Al enterrar los excrementos, lo que hacemos es acelerar el proceso de descomposición de las heces y evitar su propagación hacia vías acuíferas.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es asegurarnos de que no vamos a defecar en un lecho seco, ni cerca de cursos de agua, ni en una zona inundable, ya que de esta manera evitamos que con la lluvia nuestras heces salgan a flote y viajen allá donde el agua las lleve, con el consiguiente riesgo sanitario que ello comporta. Por supuesto, tanto el papel, las toallitas o las compresas que desechemos deben ser guardadas en una bolsa estanca y transportadas hasta un sitio más apropiado para su eliminación.

7 de abril de 2017

Bricomanía

Centrar rueda

Un centrados de rueda casero, podría ser una brida sujeta a la botella de la horquilla

Protector casero de cadena

Con una cámara vieja me he fabricado un protector de vaina para que la cadena no lastime el cuadro. Es muy sencillo, solo hay que cortar una tira de goma a la anchura de la vaina y la longitud que veamos y con cinta de doble cara tipo 3M o similar se coloca en la vaina y listo. Yo opté por la cinta de un milímetro o dos de espesor pues así contribuye también a amortiguar el impacto de la cadena. Es sencillo y no se ensucia de barro ni grasa, ni roza como lo hace el de neopreno

Gancho cadena

Con un radio usado, o un trozo de alambre fuerte, podemos fabricar un gancho para poder manipular la cadena sin que se mueva. Solo tenemos que doblarlo por las puntas  y engancharlo a los engranajes de forma que quede bien sujeto.

31 de marzo de 2017

Las 10 claves del mountain bike

Igual que en el coche pisas el embrague para cambiar, en la bici tienes que suavizar la transición de una a otra marcha, en este caso aligerando al máximo la presión sobre los pedales. Es algo que muchos bikers, sobre todo debutantes, no tienen en cuenta. Si cambias a plena carga puedes romper la cadena y estás causando un desgaste extra a toda la transmisión o simplemente puede ocurrir, como pasa a veces cuando quieres pasar del plato medio al pequeño, que la bici no cambie.

Los pedales deben estarse moviendo con cierta rapidez (un pedaleo lento es un cambio más lento también), pero sin que estés presionando con fuerza sobre ellos. Eso significa que en una subida fuerte tendrás que anticipar el cambio o si no, en mitad de la subida, dar un par de fuertes pedaladas y aprovechar el instante de inercia posterior para cambiar.
Además, existen ciertas combinaciones de marchas que son perjudiciales para la transmisión, por obligar a la cadena a trabajar en diagonal, con un mayor roce sobre las coronas y los platos y un deterioro prematuro de todos sus elementos. Evita siempre poner coronas pequeñas cuando vas en plato pequeño y coronas grandes cuando vas en plato grande.

Con qué presión hinchar las ruedas de la bicicleta